domingo, 26 de octubre de 2014

PERSONAS HUMANA Y GLOBALMENTE COMPROMETIDAS, LOS EVANGELIOS Y LA INELUDIBLE POLÍTICA.






Qué fácil sería un mundo plagado de felicidad y de bienestar social, en su más amplio sentido, para todos, si Jesucristo fuera su presidente; un único presidente para todo el Mundo. Nadie sería ni más inteligente, ni más audaz,  ni más capaz, ni más eficaz; estaría dotado de una infinita generosidad y bondad, además de tener sus propios Evangelios como libro de cabecera.


¿Conseguiría Jesucristo una Paz estable?, por supuesto que sí; ¿conseguiría Jesucristo que se repensase el Islam, dejando de ser éste constantemente como una desagradable llaga sangrante que nunca se cierra? también; ¿conseguiría Jesucristo que todas las religiones  Occidentales y Orientales, siendo todas ellas inspiradas en cada momento histórico por el único Dios, El Padre, convivieran en armonía?, también; al mismo tiempo también conseguiría que las respectivas Iglesias se respetasen escrupulosamente entre sí.


Con su audacia e inteligencia conseguiría, en primer lugar, LA PAZ global. En todo el Mundo, se formarían familias felices con alimento suficiente para poder trabajar dignamente y los hijos poder ir satisfechos a la Escuela y alegremente reír en los recreos como distendidos gorriones.



Los recursos se destinarían allí dónde hicieran falta. Etc., etc., etc.


Pero Jesucristo, desgraciadamente, no puede ocupar ese lugar sin embargo, a las personas humanamente comprometidas con el bienestar global –entre las que me considero- nos ilumina, nos conduce, nos orienta. La Madre Teresa de Calcuta y Vicente Ferrer son dos grandiosos ejemplos de ellos; pero su labor estuvo limitada a un entorno geográfico determinado.


Hoy en día el regalo Divino que es Internet facilita la intercomunicación Global instantánea. Gracias a ella el mundo es mucho más pequeño y entrañable y tiene al alcance de las teclas aquella situación Divina que, como comentábamos, se produciría si presidiera el Mundo el Propio Jesucristo.


Y, hoy en día, no se concibe llevar a cabo ningún fin altruista sin estar metido en al política hasta el cuello. Pero en la Política bien entendida, no aquella representativa en la que las ambiciones en general tienen tanta importancia, si no en aquella influyente que, aportando soluciones imaginativas y creativas, arrima el codo hacia la resolución de los problemas del día a día, con ningun objetivo más.


En el Mundo hay políticos con una sensibilidad y un olfato extraordinarios, capaces de distinguir inmediatamente las intenciones con las que te diriges a ellos, siempre unidireccionalmente.


En fin, el Mundo es una gran playa formada por los granos de arenas que aportamos cada uno de nosotros, consigamos una preciosa  playa enorme y eterna.